“¿Qué es la verdad?
Pregunta difícil, pero la he resuelto en lo que a mi concierne diciendo que es
lo que te dice tu voz interior” Mahatma Ghandi
La culpa, es un sentimiento poco sano, de quienes se responsabilizan por
los errores que otros cometen y se reprochan, por cualquier situación que salga
mal, estén ellos involucrados o no.
Es dramático encontrar a una madre que asume la culpa por las “andanzas”
de su hijo, creyendo que si lo oculta, no lo sanciona o lo ignora, simplemente se
resolverá con el tiempo. Y esto está muy lejos de ser así.
Hay padres que pasan su vida “protegiendo” a sus niños de
las sanciones externas producto de sus acciones desacertadas. No les enseñan
que del error se aprende y las consecuencias de lo que hacen, DEBEN asumirse, para
aprender a ser responsables.
Un niño que no respeta reglas, no sigue normas, no recibe
orientación y sus padres “se hacen cargo” de las consecuencias de sus acciones,
no estará educándose para ser un adulto socialmente responsable y son altas las
probabilidades de convertirse en un delincuente o adulto desadaptado. Estoy
segura, que ningún padre consciente quiere esto para su hijo.
Te pregunto: ¿Por qué asumes la responsabilidad por los desaciertos de los
demás? ¿Era habitual en tu temprana infancia, que te culparan por “todo”? ¿De
dónde procede ese “hábito” de creer que tienes la culpa? ¿Buscas la aprobación
de los demás al asumir las responsabilidades de tus hijos? ¿Crees que tus hijos
dejarán de quererte si los reprendes? ¿Te sientes mal por no darle la atención
suficiente a tu hijo y eso te conduce a mimarlo en exceso y “cerrar los ojos” antes
las necesidades de educarlo?
¿Qué hacer con la culpa?
“Darse cuenta” es el primer paso y “Buscar
Ayuda profesional”, el siguiente.
No puedes olvidar, que eres el
modelo a seguir más poderoso que tienen tus hijos. Ellos no solo copiaran tu lenguaje, tus creencias y tus
comportamientos sino que heredaran tus hábitos y tu manera de desenvolverte en
la vida.
La ayuda psicológica y emocional de la PNL (Programación Neurolinguistica),
el Método Silva, el cambio de creencias, las Flores de Bach, entre otros muchos
recursos, te ofrecen alternativas para superar este sentimiento tan castrador y
dañino para la educación de tus hijos.
Como lo he dicho en anteriores
oportunidades, no hay fórmulas mágicas que funcionen igual para todos. Existen alternativas,
que estás obligado a explorar y hacerlas funcionar para ti. Así que te invito a mantener abierta tu mente, buscando alternativas que te mejoren, pues esta será la mejor manera de educar a tu hijo para la
responsabilidad y la felicidad.
“Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti
mismo” Mahatma
Ghandi
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