"Solo hay
dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, pero no estoy muy
seguro de la primera, de la segunda puedes observar cómo nos destruimos solo para
demostrar quién puede más" Albert Einstein
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Esta
reacción, es muy común entre los padres que no han superado su
separación y eligen quedarse en el pasado por años, hipotecando de esa manera su viaje al futuro.
,
No es de extrañar que acumulen “facturas” que le pasarán a sus hijos y a su “ex”, por el resto de
sus vidas. Y esto es lamentable, no solo para los padres que se niegan la
posibilidad de rehacer su vida y ser feliz, sino también para los niños, que sufrirán
la amargura de una madre o un padre vengativo, frustrado y desolado.
Cualquier separación es dolorosa y traumática, de dimensiones inenarrables. Pero
quedarse en el drama de un divorcio, no permitirá "superar" la
experiencia, con aprendizajes que ayuden a crecer y mejorar la propia vida.
Un amigo mío muy querido solía decir: “Lo
que fue, fué”…
Un matrimonio, debería ser la unión de dos personas que suman juntos, en lugar de restar. Que unen sus esfuerzos, talentos e intereses en pro del ganar - ganar. Son una unidad compuesta por una diversidad que es cada quien, con el derecho propio de brillar en su individualidad y crecer juntos hacia realidades mas hermosas. En los buenos y en los malos
momentos, acompañarse con respeto, dándole espacio al otro para su propio crecimiento.
Una pareja es una arquitectura que requiere de trabajo, disciplina, cuidado, mucho amor y aceptación del uno por el otro.
Cuando
una relación se termina y están presentes los hijos, nunca hay que olvidar, que el otro, ya no es
tu pareja, pero seguirá siendo, el padre o la madre de tus hijos y este
es un rol, que por la salud mental y emocional del niño, debemos conservar y reconocer, cuando sea posible.
"No te preocupes por las personas de tu pasado, hay una razón por la que no llegaron a tu futuro". Paulo Coelho
Veo
con reserva, la proclamación que hacen muchos padres, de ser y asumir con orgullo el doble rol de “padre
y madre”. Pareciera que es posible cumplir con ambos roles. Y NO ES ASI. Cuando pretendemos asumir ambos roles, estamos distorsionando los valores familiares. Se pudiera estar transmitiendo que "los hombres no hacen falta para criar a un hijo", "Que vale más una madre que un padre", que "hay que conformarse con una familia disfuncional", "que la familia perfecta no existe" y por ende, terminar creyendo que la familia es "un mal necesario"...
Cuando los hijos se crian separados del contacto sano con sus padres, se corre el riesgo de transmitirles carencias, resignación,
victimismo y limitaciones. Conozco padres y madres conscientes, que han sabido manejar sus separaciones con responsabilidad y han entendido que el otro, es el padre o madre de sus hijos, pero que la relación no funcionó y defendieron su derecho a rectificar y buscar su propia felicidad. Tener una relación amistosa y sana con el padre o la madre de tu hijo, le enseñará que el respeto es un valor fundamental para la vida. Y que una separación entre los padres, no significa la separación de los hijos ni el abandono.
Hay que tener presente que la relación de un padre con su hijo, no es algo fortuito y lo sano,
noble y responsable, es permitir al otro, ejercer su rol cuando lo quiere asumir con consciencia.
No
te conviertas en el juez de tu "ex" y no pretendas “vigilarlo” en su manera de relacionarse
con su hijo. Dales el espacio a que tienen derecho, de mantener su relacion filial. .
La
educación fundamentalmente se concreta con el modelaje de cada uno de los
padres. Si te mueve el orgullo, la venganza, la descalificación a tu ex, la
separación, la amargura, los celos, la rabia… ¿Has pensado, como se sentirá tu
hija o tu hijo, ante actitudes y comportamientos guiadas por tales sentimientos?
¿Qué crees que copiará de ti? ¿Sentirá respeto por ti, cuando no lo tienes por
su padre? ¿Será comprensivo contigo, cuando lo que haces es criticar y
desvalorizar la imagen del otro? ¿Te perdonará alguna vez, si lo que le has enseñado
es la venganza? …
Te
separaste, no lo has superado, te equivocaste… no hubo la reflexión a tiempo,
no se buscó la ayuda oportuna para salvar la relación… ahora te das cuenta de
lo que has podido hacer para conservar tu pareja pero no lo hiciste, te sientes
culpable, crees que “mereces” una nueva oportunidad pero tu ex no te la da, la
familia del otro ahora te molesta más que antes y no los quieres ver… ¿Dónde estás?
Te
recomiendo separar una cosa de la otra. Quien fue tu pareja ahora es tu ex,
asúmelo, suéltalo, busca ayuda, perdona, aprende y sigue adelante… Tu hijo o tu
hija, tiene un padre o una madre. Respeta esa relación y separa tu rabia, tu indignación
y tu impotencia, dejando el camino libre a esa relación filial. Y recibirás el respeto de tus hijos al
enseñarles que el amor también significa aceptación y comprensión.
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