“Las sociedades que ayudan y aman a sus niños,
promueven una cultura de paz. Estas culturas crean padres que tienen un intenso
contacto con sus hijos”
Dr. Bruce Lipton – Autor del Libro La Biología de las Creencias
¿Juegas con tus hijos? ¿Con que
frecuencia lo haces? ¿Qué tipo de juegos compartes con ellos? ¿Lo disfrutan?
Una manera hermosa de compartir con tus niños, son los
juegos. Además de ser divertido propicia algo muy valioso, que estrechar
profundamente con ellos los lazos afectivos.
Los juegos son una oportunidad que tienen los padres y
los docentes, para desarrollar y compartir conocimientos y perfeccionar
habilidades y competencias, en muchas áreas: la lectura, las matemáticas,
el razonamiento, la reflexión, el deporte, el sentido crítico sano, la
solución a un conflicto… Y se puede hacer en todas las edades.
El aprendizaje no tiene que ser aburrido y en la
educación actual, estamos perdiendo de vista las posibilidades de crecer en
experiencia y sabiduría de manera grata.
Los juegos, más allá de cultivar conocimientos, son también un escenario, fácilmente aprovechable para transmitir valores. Cada
actitud, cada emoción, lo que pensamos y decimos, hasta lo que “no” decimos pero pensamos, se
transforman en mensajes poderosos que marcaran la vida de nuestros niños.
Jugando te das
cuenta de sus reacciones, su carácter, sus talentos, sus intereses, sus
emociones, sus percepciones y para ti es una buena manera de estar presentes
con ellos y cultivar a diario la confianza, la confidencia y ejercer tu rol
orientador con esmero.
Cultivar la alegría al jugar, es un valioso legado
para ellos porque les enseña que la vida es alegría. Elimina de tu vocabulario
frases como “la vida es difícil, es un sacrificio, es dura, es un esfuerzo
permanente…” No le transmitas a tus hijos esas ideas, que solo son ciertas para
quienes lo creen y lo han vivido (¿¡).
Seleccionar con ellos los juegos, te habla sobre sus
preferencias. Y tú tienes a tu favor, el poder escoger otras propuestas de
diversión y seleccionar juegos distintos, para crearles el hábito de buscar nuevas ideas,
de atreverse a explorar lo que es diferente y asumir riesgos, cultivar la curiosidad y la sorpresa y en definitiva viajar hacia el futuro.
Actualmente, los padres visitan tiendas de juegos
educativos, en busca de propuestas que estimulen la creatividad y la
imaginación del niño. Eso está muy bien, sin embargo, estos juegos en
solitario, te hacen perder la oportunidad de cercanía amorosa que es necesario
cultivar con los hijos.
Los adultos en su gran mayoría, están centrados en su
rol de proveedores de la familia. Pero tu hijo necesita mucho más que lindos
zapatos y el último video juego de moda. Hay que formarse para ser mejores
padres y poder equilibrar los intereses y las expectativas, en función de
darles una educación integral, sin que ello signifique sacrificar tus
aspiraciones personales y profesionales.
Los padres tienen que asumir el compromiso de ser cada
vez más conscientes de su rol educador y formador, principalmente en los
valores fundamentales, orientados a la crianza de seres humanos plenos,
felices, que desarrollen sus talentos al máximo y actúen a favor del bien
común. Y este rol, hay que ejercerlo desde la más temprana infancia. Es una
tarea de toda la vida. Y esto comienza por ti, al convertirte en la grandeza
que quieres ver en tus hijos.
Muchos dicen que esto es una utopía. Pero no lo creo
así… Olvidas que cuando te propones hacer algo, con toda tu pasión y esfuerzo,
lo logras? No hay excusas…
La humanidad DEMANDA seres humanos más felices,
ilustrados y con sensibilidad social. ¿A quién le vamos a dejar semejante
responsabilidad? ¿A los políticos?... Los padres tenemos un poder enorme sobre
nuestros hijos a través del modelaje. Lo quieras o no, te copiarán tus mejores
actitudes y las peores también…
No te pido que salgas a cambiar al mundo… se percibe
demasiado grande…
Te pido que cambies permanentemente para hacer la
diferencia en tu propia familia.
Por favor, no dejes solo a tu hijo. No lo llenes de
regalos para suplir tu culpa de no atenderlo lo necesario. Cuando queremos
podemos. Las excusas no son aceptables cuando se trata de la educación y
cuidado de los niños. Y estoy segura que con pequeños cambios en tu rutina
diaria, podrás mejorar y darle a ese ser grandioso que es tu hijo, esa media
hora diaria de calidad para compartir tu amor, jugar, contarle un cuento y
soñar con él. Le hará bien a él y también a ti.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq3Sm-2m-kmW519lKlFiI9OOhZCeN1FXqgpjsdLWJjLWZh9t5B3YySePuFstyI1no9E7AyBeq8KunpjwzCWSJhBBGZIvj584UOGfDfydXk3JXLW1xBALGF-tXB3N92ydfCn5SNK_te5uWg/s1600/juegos.jpg)
Cultiva el juego diariamente. Y transforma el juego en
la familia en una de los más deseados momentos del día, no solo para ellos sino
para ti también.
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