“Todo lo que somos es el resultado de aquello que hemos pensado” Buda
Cual es la “onda” de tu
día?
Vas al supermercado ¿y qué escuchas?
Quejas, excusas, justificaciones y negatividad.
Te encuentras con una amiga ¿y de qué
hablan? De quejas y negatividad:
la
cola, lo caro de
las cosas, la inflación, la inseguridad, los muchachos se portan mal, la casa
...
Y si escuchas
cualquier otra conversación… ¿De qué te enteras? De más cosas negativas,
más quejas, excusas y más pesimismo.
Los medios de comunicación principalmente le dan cobertura a los grandes titulares que tratan de las tragedias y las guerras porque son las
noticias que venden más periódicos.
La gente se interesa mucho más, en conocer los
detalles de un terremoto, un tsunami, la guerra, etc. … que conocer sobre los últimos
descubrimientos científicos u otras buenas noticias que también ocurren.
Y así podríamos enumerar una larga
lista de posibilidades donde la gente queda “atrapada” en una “espiral de
negatividad” que la aleja de sentimientos más sublimes como la alegría, el
amor, la paz y la tolerancia.
Lo que conversamos…
La gente en su gran mayoría, está
enfocada en lo negativo, en lo que no quiere, en lo que no está bien, en lo que
no funciona, en la rabia, en la impotencia, en la escasez, en la enfermedad, en
lo negativo de su pareja y de sus hijos, en lo que le falta y no en lo que
tiene, en lo egoísta de sus compañeros de trabajo, en lo injusto que es su
jefe…
La mayoría de las conversaciones están
enfocadas en historias que la gente cuenta
apasionadamente sobre sus tragedias, dolores y situaciones conflictivas,
las cuales narran con lujo de detalles y envueltas en un estado emocional que
multiplica, revive y magnifica las experiencias vividas.
Cuando tratamos de cambiar “la onda” a estas conversaciones (te invito a probarlo), por temas más
positivos, te darás cuenta que poca gente te escuchará. Están tan ensimismados en
su diálogo negativo (interno y externo), que
de manera “automática” lo viven sin
darse cuenta, día tras día.
El beneficio de lo positivo…
En todas las épocas, se ha hablado del
beneficio de las emociones y pensamientos positivos. Hoy la ciencia lo reconoce
y disciplinas como la psiconeuroinmunología pone en evidencia el impacto de
estos paradigmas, en la curación de enfermedades como el sida y el cáncer.
Pensar positivamente y ser feliz, asegura la salud y el bienestar.
Sentirse “enrollado”, estresado, triste,
angustiado, con miedo, preocupado y deprimido, no solo no resuelve los
problemas, sino que los empeora y deja secuelas de infelicidad y enfermedad.
Muchosa gente caen en la
trampa de: “la
vida es así”, “la situación del país
nos tiene…”, “es que no hay salidas”,
“tengo que aceptarlo”… y así la existencia transcurre
en un ciclo de tensiones, que no mejora con el tiempo. La persona se convence
de que su bienestar se escapa de sus manos.
Hoy por hoy, las evidencias
científicas sobre el pensamiento positivo, remiten a curaciones milagrosas, a
desempeños extraordinarios (por ejemplo
en atletas olímpicos) y a otros logros humanos de incalculable valor.
No es necesario convencerles del poder
y beneficios de sentirse y pensar bien.
Piense positivo¡ y sea feliz¡… fácil
decirlo?¡… difícil es lograrlo¡…
Se ha encontrado en el hombre, “adicción” a las emociones, sean positivas o negativas y
hay en el ser humano la tendencia, de que cuando “mete la pata”, su cerebro se encarga de repetírselo una y otra vez.
La neurocientífica Candance Pert, descubrió que las funciones cuerpo-mente,
generan una red psicosomática de información que controla la salud y el
bienestar. Esto significa que las personas experimentan emociones a las cuales
se “acostumbran”, sin necesariamente
mediar razones para ello. Con el tiempo la persona puede “necesitar” sentirse de una determinada manera, ya sea estar
deprimida, tener un ataque de hambre cuando hace dieta, vivir situaciones de “riesgo” por la emoción que produce y no
saber por qué. Simplemente lo experimenta así.
La experiencia confirma que el solo deseo de deshacerse del
pensamiento negativo no basta.
A pesar de entender perfectamente el daño que pueden ocasionarle estos
pensamientos y emociones, es fácil caer, en el momento menos pensado, en la
crítica, la rabia, la ira, el insulto y quizás después de haber ocurrido
la “descarga” emocional (negativa),
usted se de cuenta de que volvió a caer en “lo
mismo”. Esto le ocurrió de manera “automática”.
Winston Churchill, decía : “USTED CREA SU PROPIO UNIVERSO A MEDIDA
QUE TRANSCURRE SU VIDA”
Ha sido comprobado científicamente que usted es el creador de su
realidad, lo crea o no, le guste o no: lo que esta en su mente es lo que está en su vida.
Henry Ford lo expresó asi: Si crees que puedes, puedes… si crees que no puedes, también
tienes razón.
Y Buda lo dijo de la siguiente
manera: “Todo
lo que somos es el resultado de aquello que hemos pensado”
¿Qué
puedes hacer? Le
propongo probar las siguientes sugerencias:
1.
Un pensamiento
positivo es 100 veces más poderoso que uno negativo. No “luche ni evite” el pensamiento negativo. Cuando el pensamiento negativo
se presenta y quiere “echarle a perder”
el día, simplemente acéptelo y “déjelo
pasar”. Inmediatamente “bórrelo”.
¿Cómo?: Ejercicio: Proyecte en una pantalla o
pizarrón mental, el pensamiento negativo y luego con un borrador imaginario de
“un gran poder infalible”, hágalo
desaparecer. Y recuerde que solo lo que está en su mente, existe para usted.
Esta estrategia solo le tomará unos pocos minutos. Parece muy simple, pero es
muy efectiva. Le invito a probarla. Usted merece una nueva oportunidad. Y sobre
todo hágalo un hábito.
2. Varias veces al
día pregúntese como se siente. Esto le permitirá estar alerta de su
emocionalidad. Se ha comprobado que el hombre puede cambiar sus emociones en
máximo 2 minutos. Para ello debe contar con una “Lista de Recursos” a la cual
recurrir para superar lo que le hace sentir mal. Ejercicio: Para identificar su “Lista
de Recursos”, piense en aquello que le da bienestar, alegría, le
recuerda que es especial y le ayuda a recuperar su autoestima. Por ejemplo: estar
con su mascota, ver la foto de sus hijos, escuchar su música favorita, comer su
postre preferido, hacer ejercicios, practicar su hobbie o aquello que le hace
sentir bien, recordar a su nieta, ver fotos de ese viaje fabuloso que tuvo,
visualizar aquella cena tan especial con su esposo, etc..Recupere
los momentos felices¡
3. El poder del agradecimiento. Comience su día dando las “gracias” por todo lo bueno que le rodea:
por su
salud, por su familia, su casa, su carro, sus amigos, sus logros, y también dé
las gracias porque otros también están logrando lo que quieren.
Recuerde que
usted funciona similar a un imán y atraerá más de lo que agradece.
4. Siembre buenas “semillas” en su vida. Tenga presente que las
emociones y los pensamientos positivos, son semillas que está sembrando en su
subconsciente y harán que su imaginación le genere las ideas y acciones que lo
conducirán a lo que quiere. “Somos lo que
pensamos”. Estas semillas también se siembran en el subconsciente de sus
hijos sobre todo los más pequeños, Escoja las semillas que quiere sembrar en
ellos: amor,
paciencia, tolerancia, compromiso, comprensión, generosidad, humildad,
colaboración, etc.
Haga de estas cualidades su modelaje y verá como muy pronto se expresarán en
sus hijos.
Hasta
la próxima vez…
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