EN UNA GRAN FAMILIA:
La COMUNICACION es segura y sincera. EL error, se convierte en RETO. Una enfermedad se convierte en una oportunidad de crecer.

Las diferencias y los descuerdos enriquecen a cada uno. Hay RESPETO por las ideas y el talento del otro. El RECONOCIMIENTO es parte de la dinámica familiar. Los VALORES son la brújula de acciones nobles.

Hay un Proyecto de Vida que es compartido. Cada uno se realiza con libertad en sus SUEÑOS. TODOS ES POSIBLE pues no hay límites para la mente, la creatividad y el pensamiento extraordinario

4/04/2016

Aprende y enséñales a soñar

Quiero pedirte que le enseñes a tus hijos a SOÑAR, más que a querer cosas.

¿POR QUÉ?

Cuando dices QUIERO, tu cerebro se conecta con la carencia: Lo quieres porque no lo tienes y además, está presente la interpretación de que lo que quieres, está en el futuro y NO en el presente AHORA.

Nuestro cerebro es como una computadora y es una parte de nosotros mismos que necesitamos conocer. En su funcionamiento está la clave de cómo aprendemos, cómo memorizamos, cómo cambiamos, por qué tenemos comportamientos automáticos y repetitivos (que son nuestros hábitos), que cuando son positivos nos elevan a la cumbre de las realizaciones, pero cuando son negativos, bloquean y dificultan todo progreso.

Muchos hemos hecho listas interminables de aquello que queremos. Estas listas las transformamos en afirmaciones que repetimos todo el día, por semanas y meses, sin saber, que lo que realmente estás logrando es reforzar la carencia en tu vida.  

Es importante saber, creer y tomar consciencia, que somos seres creadores de nuestra realidad. Nada que no haya pasado por la mente, ocurre en nuestras vidas. Lo que vives, observas y experimentas a diario, proviene de tus pensamientos. Y con tus pensamientos creas la realidad: SOMOS LO QUE PENSAMOS.

¿Qué significa SOÑAR?

Es convertirse en aquello que anhelas como si fuera una realidad. Es creer, sentir y experimentar las emociones, las actitudes y el comportamiento ante lo que quieres, como si YA lo lograste. Es actuar como si ya es realidad.

Nuestro cerebro entiende el lenguaje de las IMÁGENES. Las palabras le significan poco.

Cuando una persona se imagina a si misma llena de vitalidad, contenta, en posesión de aquello que aspira, está creando un campo energético que actúa como un imán y atrae aquello que sueña.

¿Por qué en ocasiones las personas que visualizan, no logran lo que quieren?

Esto se debe a la sumatoria de imágenes que tienen en su mente.
Así, una persona medita diariamente durante media hora y se imagina que ya logró su meta. Luego pasa el resto del día sintiéndose pesimista, quejándose y lleno de dudas e incertidumbres, culpando al gobierno y a las circunstancias de su desgracia y hundiéndose en los pensamientos negativos ¿Qué sucede? La hora de visualización positiva, es totalmente CANCELADA por todas esas imágenes negativas que la persona se permite tener, durante el resto del día.

Si meditas, visualizas y te conviertes diariamente (en tu mente), en aquello en lo que te quieres convertir, NECESITAS pasar el resto del día en esa misma frecuencia creativa. Se trata de FE. Tienes que ver y asumir como cierto lo que todavía no ha ocurrido pero que ya existe como un potencial de realidad presente en tu vida. Y la Fe te da esa certeza de que lo que anhelas y sueñas, ya es un hecho que esperas cada día con la seguridad de que va a llegar. No le pongas fecha y solo espéralo con convicción.

Los padres viven matando los sueños de sus hijos. Los desaniman subestimando sus talentos. Y declarándoles lo que pueden o no lograr. Les robamos sus sueños grandiosos de escalar las alturas, enseñándoles que el mundo es un lugar inseguro. Y ESTO NO ES VERDAD, a menos que lo creas…

En los primeros seis años de vida, los padres y el entorno, instalamos en nuestros niños programaciones, creencias y comportamientos que definirán su destino de adultos. Ellos nos copian… Lo que le decimos y les modelamos, son leyes que los pequeños asumen como ciertas. Sus mentes a esa edad (0 a 6 años) funcionan en una frecuencia de ondas denominadas theta y delta, que son las frecuencias de la hipnosis y esto significa que el niño es como una cámara de video que va grabando – sin interpretación – todo lo que vive. Si un niño se desarrolla en un ambiente de violencia, de temores y angustias, con toda seguridad se convertirá en un adulto angustiado, desconfiado, triste que tendrá una autoestima muy baja que dificultará el desarrollo armónico de sus mejores talentos.

Por eso es tan importante que los padres se revisen y se observen cuando dicen lo que le dicen a sus hijos. Frases como: él no se concentra, es un niño enfermo, es un niño problema, no le gustan las matemáticas, no nació para estudiar, es desordenado, es disperso… (te invito a completar esta lista con tus propias palabras) son mensajes que se convertirán en su mente subconsciente, en mandatos, comportamientos, actitudes, creencias y emociones que lo acompañarán toda su vida (afortunadamente hoy en día hay terapias para cambiar esto).

Enseñarles a soñar, a imaginarse sanos cuando tienen una gripe, alimentarles su deseo de convertirse en personas extraordinarias, es lo mejor que los padres pueden hacer por sus hijos. Toda vez que asumes que TU ERES el creador de tu propia realidad, sabes que cuando un resultado es negativo, tienes la oportunidad de aprovechar el error para corregirlo y cambiar el resultado.

Necesitamos creer en nuestro poder creativo. Es crucial enseñarles a nuestros niños esta posibilidad cierta que está dentro de ellos, para que el futuro de una sociedad más humana, cálida y noble, sea posible.

Hasta una próxima vez…   

Por Magdalena Calvo de Sosnowsky – Master en Familia y cursando actualmente un doctorado en Ciencias de la Educación. Fundadora de Mi Niño Genio, les ofrecemos Programas Educativos, adaptables a cada colegio y dirigidos a los estudiantes, los docentes y los padres.
Pueden contactarnos a través de nuestro blog www.mininogenio.blogspot.com, nuestro mail: magdalena.sosnowsky@gmail.com y nuestros teléfonos en Caracas – Venezuela: 0212 9773627 y 0412 9951687.






2/22/2016

Tus hijos: NO son una propiedad

Ante esta afirmación estoy segura que dirás “eso ya lo sé” Pero ¿Cómo actúas?

Muchos padres y madres creen tener el derecho de decidir el destino de sus hijos: qué estudiarán, con quienes tendrán amistad y con quienes no, a dónde irán, que dirán, que opinarán… Y se las ingenian (los padres) para que los niños y adolescentes digan y hagan lo que ellos desean.

Hay muchas maneras sutiles y manipuladoras de hacer esto. Desde usar la victimización y la culpa para inspirar debilidad y lograr que los hijos hagan lo  que se les pide (por el bien de su mamá, su papá o el de ellos mismos), hasta la imposición por autoritarismo sin mediar argumento alguno: harás lo que yo digo!.

Con toda razón dirás que no tienen el criterio para gobernar su propia vida y tienes que tomar decisiones (por ellos)… y es verdad. Sin embargo no conviene confundir nuestra responsabilidad de criar a nuestros hijos en un contexto de normas, límites, pautas de disciplina, ética y valores, con el deseo egoísta que algunos padres ostentan, de gobernar la vida de sus hijos, inclusive en la edad adulta.   

Es necesario que los padres aprendan que enseñar a sus hijos a tomar decisiones, conversarlas y negociarlas, evaluando sus beneficios y desaciertos, forma parte de esa experiencia de vida que necesitan vivir para crecer. No es ahorrándoles experiencias negativas que nuestros hijos se hacen aptos para manejar su propia vida.

No se trata de dejar hacer lo que quiera. Se trata de compartir con ellos una vida con el ejemplo. Serán honestos si nosotros lo somos. Serán independientes si nosotros nos comportamos con independencia. Serán amorosos y solidarios si ellos viven ese amor y solidaridad en su propia familia.

No pierdas el tiempo con discursos estériles y aburridos sobre la moralidad. Se tu auténtico y ellos lo serán.

Una madre preocupada me comentó que estaba segura de haber perdido su tiempo al criar a sus hijos porque ellos eran todo lo opuesto a lo que se les había enseñado. Y esta impresión la tenemos muchos padres en el proceso de crianza. Sin embargo, con el tiempo los hijos terminan reproduciendo los hábitos, costumbres, maneras de resolver las situaciones que vivieron en su casa. Así de poderoso es el poder de los padres sobre sus hijos. Simplemente cada ser es diferente y su proceso de aprendizaje, también.

Insisto a los padres, que se preparen y se conviertan cada día en mejores personas. Desearlo no es lograrlo. Hay que instruirse, leer y aprenderlo. No haya un camino, no hay recetas, no son herramientas y técnicas, son procesos que hay vivir con un honestidad profunda de cambiar y adquirir mayor consciencia.

No nos preparamos para ser padres y lograr con éxito, algo tan complejo (no necesariamente difícil) como educar a nuestros hijos. NO hay UNA manera CORRECTA de hacerlo- Tenemos que crear nuestra propia manera de hacerlo.

Las ESCUELAS DE FAMILIA, son un medio para crear comunidades de conocimientos y experiencias para los padres. Resulta un apostolado lograr que los actores de este proceso (LOS PADRES) y las instituciones educativa, construyan juntos un espacio seguro donde nutrirse de las mejores prácticas y las lecciones aprendidas en el arte de criar a los hijos y contribuir con la formación de ese ciudadano socialmente responsable que requiere este planeta.

La excusa preferida es que hay mucho por hacer y ¿Por dónde empezar? Hay iniciativas que no se desarrollan por el simple hecho de que los padres no asisten. ¿Y cuándo es el momento ideal para hacerlo?    HOY

Dejo en tus manos esta reflexión. A los padres les digo que comiencen por la educación de ellos mismos. A los docentes e instituciones educativas, exhortarlos generosamente, a aportar su granito de arena desde los espacios escolares en pro de la familia. No se trata de llenar recintos de manera masiva con unos padres conscientes. Se trata de construir una mejor sociedad y hay que empezar ahora.

Hasta una próxima vez…   

Por Magdalena Calvo de Sosnowsky – Master en Familia y cursando actualmente un doctorado en Ciencias de la Educación.

Mi Niño Genio, les ofrece Programas Educativos, adaptables a cada colegio.

Pueden contactarnos a través de nuestro blog www.mininogenio.blogspot.com, nuestro mail: magdalena.sosnowsky@gmail.com y nuestros teléfonos en Caracas – Venezuela: 0212 9773627 y 0412 9951687.






2/01/2016

Contar cuentos para enseñar y aprender

Contar historias ha sido siempre, una manera propia del hombre, para compartir sus experiencias, su significado y percepción de la vida, transmitir sus costumbres, tradiciones, secretos, sabiduría y poder preservarlo para las generaciones futuras.

Hay dentro de cada uno de nosotros, una semilla contenida del deseo de trascendencia. Y por eso el contar cuentos, aparece en todas las páginas de nuestra historia humana: queremos decirle al mundo lo que somos.

La familia que adopta la costumbre de contar cuentos, va llenando la memoria de sus hijos, de aprendizajes, comprensiones y reflexiones valiosas para su vida futura.

Una encuesta realizada en Europa, sobre los recuerdos más queridos de la infancia, puso en primer lugar, la tradición de contar cuentos.

Cuando le contamos un cuento a un niño, creamos un momento mágico donde ocurre una comunión hermosa de almas. Estamos sentados allí, dando un mensaje callado que dice más que cualquier palabra. Estamos entregando amor y sembrando semillas de creatividad y seguridad. Los lazos afectivos se fortalecen y la memoria se nutre de una emocionalidad maravillosa que estará allí el resto de la vida.

Muchas veces en la edad adulta, en los momentos de crisis, de sentirse perdido, llenos de la incomprensión de sí mismo y de la vida, aparecen esos recuerdos hermosos y emocionales, que devuelven la fe, la voluntad y la fortaleza de seguir adelante, con la certeza de que el amor siempre ha estado allí y la vida puede ser hermosa.

Contar historias es una manera extraordinaria de cultivar los valores y es una forma sana de tratar un tema difícil en la familia o la escuela, para reflexionar, comprender y aprender a manejar sentimientos difíciles o simplemente aprender a expresarse con seguridad.

Contar cuentos, también puede convertirse en un momento de diversión y la ocasión para soñar y también adiestrar la imaginación, para un futuro escolar exitoso. Contar cuentos es una manera de entrenar la mente para alcanzar una atención y concentración privilegiada, tan necesaria para poder aprender cualquier cosa en la vida.

El lenguaje de la mente, no son únicamente las palabras que escribimos y decimos. Son principalmente, imágenes que evocan esas palabras y la abstracción que de ellas surgen en la propia consciencia. Por eso, es indispensable educar la mente para IMAGINAR a través de los colores, sonidos, experiencias, comprensiones y aprender a memorizar.

Aprendemos con mayor rapidez, aquello que va acompañado de la emoción, la sorpresa, la novedad, la seguridad, la aceptación y el respeto. Nuestro cerebro está diseñado para aprender así y la neurociencia es una disciplina que tanto padres como docentes, deben aprender para comprender y ampliar sus maneras de enseñar y asimilar conocimientos y experiencias.  

Esos métodos de enseñanza donde está presente, comparar a los hijos o a los alumnos para someterlos a una competencia feroz entre ellos, donde ser mejor que el otro se convierte en la desvalorización del otro y la prepotencia del que gana, son maneras de NO FORMAR UN MEJOR SER HUMANO.
 
Los maestros (en una mayoría importante) se han sumido en la rutina de un quehacer escolar, donde repiten a diario, las mismas estrategias de enseñar y aprender, sin revisar la efectividad que tienen en sus alumnos, a quienes tratamos irrespetuosamente como “clones”. Nos hemos ido olvidando que somos diferentes, que aprendemos a ritmos distintos y eso no nos hace ni más ni menos inteligentes. La pedagogía, tiene que seguir abierta a nuevos horizontes aún más prometedores, para poder cultivar la grandeza y trascendencia del hombre. Acaso, ¿Lo estamos haciendo?

La familia hace lo mismo. La rutina diaria de irse al trabajo, gritarle a los niños que se vistan y se apuren. Y por las tardes las mismas preguntas: ¿hiciste la tarea? ¿Qué hiciste en el colegio…? Y día a día repetimos el 95% de lo que hicimos ayer (dato científico por cierto) sin incorporar ninguna novedad, otra manera de hacerlo, detenerse un momento para sentir las propias emociones. Y todo esto lo hacemos sin casi darnos cuenta del automatismo en el cual vivimos: vivir por vivir aceptando el estrés laboral, familiar y social, como una mal imposible de escapar.

¿Dónde quedó ese momento de comunión con el otro para sentirse vivo y darle a la vida un matiz diferente, estando presente en cada momento que existimos y dejando atrás las programaciones familiares y culturales, que sin darnos cuenta nos mantiene acorralados en la rutina?

Quiero simplemente llamar tu atención en esa actividad amorosa de contar cuentos a tus hijos y a tus alumnos. La humanidad atraviesa serios problemas. Hay mucho que arreglar y la EDUCACION es la vía al alcance de cada uno de nosotros para realizar la transformación de la raza humana. Los padres tenemos inmenso poder en nuestra manos para educar(nos) y eso requiere de nuestra preparación para conseguirlo.

Mamá, papá, docente, te recuerdo la responsabilidad que tienes de hacer un mundo mejor a través del legado que transmites a los niños ¿Es una utopía lo que te digo? Yo creo que no. Y hay que comenzar ahora, siempre la oportunidad está presente. Nunca es tarde.

Planifica cotidianamente esos espacios para contar cuentos. Hacerlo a diario se convierte en hábito y este es un extraordinario hábito para incorporarlo a la propia vida. En el colegio es necesario hacer lo mismo.

Recomiendo a las instituciones educativas, crear Campañas para “contar cuentos” e involucrar a los padres como protagonistas del proceso, para que sumen en la actividad escolar sus esfuerzos de educar mejor a sus hijos. Tiene extraordinarias ventajas hacerlo, ya que fortalece la relación padres – docentes – colegio, a través de compartir un aprendizaje nuevo en pro de una mejor sociedad y sobre todo retomamos la relación de amistad con el otro.

Muchas escuelas donde la relación entre padres y docentes es tensa, se han beneficiado de estas actividades, porque las partes dejan de culparse y dejan de ser espectadores de sus problemas involucrándose en las soluciones de los mismos.

Mi Niño Genio, les ofrece a las escuelas, PROGRAMAS adaptables a escenario escolar, para iniciar la aventura de poner al servicio de la educación, el contar cuentos en una dimensión aún más provechosa para la educación de los niños.

Pueden contactarnos a través de nuestro blog www.mininogenio.blogspot.com, nuestro mail: magdalena.sosnowsky@gmail.com y nuestros teléfonos en Caracas – Venezuela: 02129773627 y 04129951687.

Magdalena Calvo de Sosnowsky – Master en Familia y realizando actualmente un doctorado en Ciencias de la Educación.

MI NIÑO GENIO, al servicio de los padres y un mejor ser humano